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8/04/2018

El realismo mágico en las guerras de Colombia


"El realismo mágico en las guerras de Colombia", aparte del libro ¿Qué une a los Colombianos? Ensayo moral, de Edgar Reveiz (2018)



El término de realismo mágico fue inicialmente usado por el crítico de arte alemán Franz Roh en 1925, con traducción al español en 1927 bajo el título Realismo mágico: Problemas de la pintura europea más reciente”]1[. En 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Uslar Pietri, en su ensayo El cuento venezolano [2], así:


“Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico.”

Miguel Ángel Asturias define el realismo mágico, así [3]:

“Mi realismo es mágico porque él revela un poco de sueño, tal como lo conciben los surrealistas. Tal como lo conciben también los mayas en sus textos sagrados. Leyendo estos últimos, yo me he dado cuenta [de] que existe una realidad palpable sobre la cual se injerta otra realidad, creada por la imaginación, y que se envuelve de tantos detalles que llega a ser tan ‘real’ como la otra. Toda mi obra se desenvuelve entre estas dos realidades.”

Ambas coinciden con la visión europea del realismo mágico que se refiere a las producciones literarias, pictóricas, cinematográficas en donde los elementos percibidos y declarados como “mágicos”, “sobrenaturales” e “irracionales” surgen en un medio definido como realista, es decir, en un marco histórico, geográfico, étnico, social o cultural definido. Así, la realidad reconocible o el universo familiar se convierte en el lugar natural, sin juicios de valor, de manifestaciones paranormales y oníricas.

Sus más importantes exponentes han sido Miguel Ángel Asturias (Leyendas de Guatemala, 1930; El Señor Presidente, 1946), Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, 1967), Alejo Carpentier (El reino de este mundo, 1949), Julio Cortázar (Las armas secretas, 1959), Jorge Luis Borges (El Aleph, 1949), … Hay visiones concurrentes como el realismo maravilloso (Alejo Carpentier), o el realismo alucinatorio nombre dado al Premio Nobel de literatura otorgado a Mo Yan en 2012, en paralelo al realismo mágico [4]    

Nuestro premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, el máximo exponente del realismo mágico, nos legó en su obra Cien años de soledad la estructura cíclica temporal de la historia colombiana y su prospección futura, leída desde hoy. La guerra persistente y de bajo perfil de 50 años (1964-2017) entre el Gobierno y las FARC, creó una estructura mental y comportamientos de alta complejidad en que coexiste la realidad con elementos mágicos, sobrenaturales e irracionales y manifestaciones paranormales y oníricas.
       Para los colombianos es difícil distinguir cuál es la realidad y cuáles son los elementos mágicos, sobrenaturales e irracionales.

Esta mentalidad o percepción de dos capas, crea serias dificultades para interpretar y valorar la transparencia y eficiencia de la política, medir los costos de transacción entre los ciudadanos, aplicar la justicia. El solo hecho de que los apodos sean comunes en las regiones, crea una visión ilusoria de atributo mágico sobre los individuos (Tirofijo, Lagrimón, Don Berna, Popeye, El Alacrán, Gavilán, el Alemán, Inglaterra, los Ñoños, los Doce Apóstoles, Carlos Chatas, Gordo Lindo …) o sobre los mismos delitos (la mermelada, el elefante, el carrusel de la contratación, el cartel de la toga y el cartel de los pañales, …) que produce una situación cómica o tragicómica de irrealidad. Quienes hacen y aplican las leyes no permite justipreciar el alcance de los delitos cometidos y las penas que se deben imponer. Los criminales gozan de una renta de superchería y existe propensión a disminuir las penas por gravísimos delitos.

A través de los Media y de los relatos pseudo literarios que hacen de los episodios cotidianos, delictivos o de simple incompetencia administrativa, los colombianos estamos obligados a tomar diariamente una dosis de nueva droga, la perversión del realismo mágico, desde  las narconovelas hasta las noticias mismas, para soportar y  hasta legitimar,  la incompetencia y la corrupción y la guerra reinante creyendo erróneamente que tales conductas legitiman y dan status a  nuestra identidad ante el planeta.

Así, el periódico el Tiempo relata con gran despliegue el 7 de abril de 2018 dos casos ilustrativos: el primero, de incompetencia, una calle que palpita, la Avenida Caracas, que habla, cuenta su historia, pide una oportunidad porque antes era un corredor lleno de árboles y ahora es el caos, la convirtieron en Transmilenio hace 17 años sin surtir procesos de renovación urbana, es muy grande, amplia y fea, han dejado destruir el emblemático barrio de Chapinero, no tiene dolientes ni quien la consuele….[5]. Hechos ciertos. Pero la ciudad se volvió, así sola, como un organismo vivo que decide su suerte? La Caracas no tiene conciencia ni inteligencia artificial. ¿Quiénes son los responsables de diseñar un mal sistema y no ejecutar un plan de renovación urbana? Qué pasará con el Metro elevado que se diseña?

El segundo, atañe a la delincuencia apoderada del sistema judicial, entre otros por la simulación y la suplantación. Por dos millones de pesos, un delincuente suplanta a un fiscal y logra tras una hora y media de audiencia en el complejo judicial de Paloquemao, uno de los más custodiados de Colombia, que un juez libere un preso líder de un paro camionero acusado del saqueo de 600000 millones de pesos (200 millones de dólares) de la chatarrización [6]. La la Corrupción, Captura y Cooptación del Estado (Co, Ca y Coop. E), los robos y crímenes más evidentes contra la propiedad y las personas, la suplantación de la Justicia, la violación de los Derechos Civiles y la obtención de rentas del Estado toma un tinte de perversión, de realismo mágico en nuestro Sistema de Justicia.

El realismo mágico también se entrelaza con los relatos sobreestimados de las hazañas de la Triple Sociedad: Ninguno de los líderes de las tres sociedades se equivoca ni asume su responsabilidad por los delitos y crímenes cometidos, como se ha visto en el Proceso de Paz y tendrá que enfrentarlo la JEP. También, es utilizado orgánicamente y en forma compleja por la Co, Ca y Coop. E, los robos y crímenes más evidentes contra la propiedad y las personas, la violación de los Derechos Civiles y la obtención de rentas del Estado toman un tinte de perversión, de realismo mágico en el Sistema de Justicia.

El engaño, la mentira, la farsa, la superchería, el fraude, el dolo y la falsedad van escondidos en el espejismo de los relatos sociales, de los contratos civiles y públicos y el Sistema de Justicia y de los Media. Se crea una visión estética y mediática de la guerra y de la corrupción.

Vargas Llosa lo define así: “Quienes viven en países subdesarrollados saben muy bien qué se puede esperar: que, en la práctica, la frontera entre información y ficción -entre la verdad y la mentira-se evaporen en los medios de comunicación de modo que sea imposible conocer con objetividad lo que ocurre a nuestro alrededor”[7].
       La población manipulada, no los ciudadanos, interioriza como normal la perversión de las conductas políticas corruptas en los tres poderes del Estado, de las narconovelas y las noticias que legitiman a los criminales. Se provoca una deshumanización de la población que conduce a que el sistema de valores y de justicia colapse y se llegue al borde del fin de los Derechos Humanos. La población pierde racionalidad y sensibilidad para jerarquizar el bien y el mal. Un genocidio puede ser penalizado con menor intensidad que un desfalco o un cheque sin fondos. No existe proporcionalidad entre el daño que el delito genera en la sociedad y en los ciudadanos frente a la pena en que debe incurrir el infractor [8].

Referencias
1. Roh, F. (en español). "Realismo mágico: Problemas de la pintura europea más reciente", trad. Fernando Vela, en Revista de Occidente 16-47 (abril-junio 1927), p.274-301.
2. Arturo Uslar Pietri, El cuento venezolano en 'Letras y hombres de Venezuela', Madrid, Editorial Mediterráneo (3.ª edición: 1974).
 3. Miguel Ángel Asturias, citado por Claude Couffon, Revista Alcor, Paraguay, XXIII-XXIV, marzo-junio 1963. En Hombres de maíz, España, colección archivos Nº 21, 1992, nota de Gerald Martin, pág. 283, nota 3.
4. Wikipedia ha hecho un inventario de por lo menos 67 escritores cuyos textos han mezclado, lo real, lo fantástico, lo maravilloso y lo alucinante.
5. Ceron John. La Caracas, la vía que palpita y busca una nueva oportunidad.7 abril 2018.
6. Redacción Justicia El Tiempo. Con cambiazo de fiscal, Pedro Aguilar logró fugarse.6 abril 2018.Bogotá
7. Vargas Llosa Mario.La Llamada De la tribu pag 300. Editorial Nomos S.A Bogotá marzo 2018
8. Ver. Reveiz, Edgar (2016). tabla 8. Las redes de C, NC e IC, la exclusión la captura del Estado y la criminalidad con el Estado antes de la globalización. En La transgresión moral de las élites y el sometimiento de los Estados. Pág. 265. Op.cit

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