Esta Entrega:
1. El Modelo Evolucionista Emergente de la Triple Sociedad en Colombia.
1.1. El Modelo Parcial con Variables de Generación I y II
1.2. El Modelo General
2. El Desarrollo y la Triple Sociedad antes de la Apertura y de la Nueva Constitución de 1991.
2.1. La Metodología y los Datos.
2.2. Las Grandes Tendencias del Modelo de la “Creación Destructora” (1980-1990).
Se tratará en el próximo blog:
3. La Triple Sociedad después de la Globalización de los Mercados (1991–2000)
3.1. La Metodología y los Datos
3.2. Las Grandes Tendencias del Modelo de la “Destrucción Creadora” (1991 – 2000)
3.3. El Entrelazamiento de las Variables de Generación I, II y III
1. El Modelo Evolucionista Emergente de la Triple Sociedad en Colombia.
Con base en el enfoque evolucionista hemos hecho un modelo de la sociedad colombiana con las variables de I y II generación. Se coteja el resultado con las variables de III generación de nuestro modelo IAILLV (Índice de Adaptación de las Instituciones a la Legalidad, la Legitimidad y la Visibilidad)(Reveiz El Estado –Lego y la Fractura Social, en edición 2007).
• Se analiza el desarrollo colombiano entre 1980 y 2000 con base en la evolución mostrada por C, NC, I-C y su correlación con las variables de Generación I-ingreso, inversión, empleo...-,de Generación II-descentralización, distribución y justicia, violencia..- y de Generación III-variación, herencia y selección-.
• Los indicadores de Tercera Generación (Ver libro “El Estado Lego” 2007) son:
a. La Variación
1. Desempeño Económico (Tasa de Crecimiento PIB) e Indicadores de Gestión Pública.
2. Coeficiente de Variación del Ingreso y el IDH.
3. Diversificación Adaptativa y Evolución en Red.
4. Estado de Derecho o de Naturaleza.
5. Conexiones Perversas de las Sociedades y de las Redes (C, NC, IC) entre sí y con el Sistema Internacional.
6. Memetics.
b. La Herencia
7. Condiciones Iniciales (+ o -) antes (1989) y después (1997).
8. Facilitación Evolucionista.
9. Pool de Mesocontratos Prioritarios no Resueltos (CCC).
c. La Selección Natural
10. Captura del Estado.
11. Choques Externos: Extinciones y Supervivencia.
12. Ocultación.
• En las sociedades nacionales y locales emergentes los agentes maximizan su bienestar mediante el arbitraje de intereses de las sub-sociedades, redes o familias C, NC ,I-C forzados por la fragmentación social ,la captura del Estado y la violencia, la exclusión y la pobreza , la corrupción y el clientelismo .
La Cooptada C está orientada y encadenada al control clientelista del Estado; la No Cooptada o excluida NC vive sujeta- ella sí- a las reglas de los mercados y del capitalismo salvaje ; la Ilegal- Criminal IC actúa con códigos ilegales, ilegítimos e invisibles que son maniobrados para coaccionar al estado y ejercer violencia sobre los ciudadanos con miras a redistribuir la propiedad y el ingreso ,el poder y los riesgos
• El concepto de distancia al poder o sea la demanda por centralidad para estar más cerca del Presidente-Caudillo para obtener rentas y privilegios ajusta la precaria gobernabilidad.
1.1. El Modelo Parcial con Variables de Generación I y II
La crisis de los 90’s en Colombia se explicó con tres enfoques: a) La responsabilidad obedece a la aplicación del CW; b) Surgió de la aplicación parcial y distorsionada del CW; c) La crisis hunde sus raíces en el conflicto social, la violencia y el narcotráfico que se agravó con algunas de las medidas del CW.
El último enfoque tiene mayor poder explicativo. Sin embargo, la causalidad que sugiere Cárdenas (2002), es necesaria pero no es suficiente.
Según él, el crimen y la violencia produjeron el deterioro del capital -o de la infraestructura-, que disminuyó la productividad y se convirtió en bajo crecimiento. El flujo es:
Crimen y violencia -->; deterioro del capital (o de la infraestructura) social -->; disminución de la productividad -->; bajas tasas de crecimiento.
Nuestro orientación liga en las condiciones iniciales no sólo el narcotráfico sino la captura del Estado por C, la criminalidad de IC y la politización de la administración de justicia por C y la clase política. La causalidad es:
Captura del Estado, criminalidad y politización de la administración de justicia -->; violencia -->; deterioro del capital físico, humano y social -->; disminución de la productividad y colapso de las instituciones (aumento costos de transacción) -->; bajas tasas de crecimiento.
La gobernabilidad tiene en cuenta que la sociedad está fracturada (C, NC, IC). Cada subsociedad está compuesta por una o varias redes que tienen diferentes objetivos y conductas. Los individuos no maximizan su bienestar con las mismas restricciones y conductas. Cada red es parte del Árbol Institucional con sus propias reglas de exclusión y barreras a la entrada y a la salida.
El nivel de resolución de la información obligó a que el modelo general fuera estudiado en los períodos (1980–1990) y (1990–2000), el primero en 1997 y el segundo en 2006..
Hay tres versiones del modelo: la general que se especifica con seis ecuaciones. La estimada para el período (1980–1990) que involucró el 50% de los rubros del PIB de las Cuentas Nacionales y hacerlas consistentes con nuestras categorías. La versión (1990–2000) abarcó el 90% del PIB en las nuevas categorías. Usó también el IDH.
La metodología tiene la siguiente secuencia:
1.2. El Modelo General
El modelo general especificado en las seis ecuaciones con variables de Generación I y II expresa las siguientes relaciones:
La primera ecuación expresó que la economía crece con tasa autónoma de a0y, además, como función de las actividades y1, y3; la violencia y la descentralización deprimen la economía. La segunda y tercera ecuación expresan la repartición desigual del crecimiento (Δe) de la actividad económica. La cuarta ecuación supone que se “hace uso” de los “servicios” de los “narcotraficantes” –a través del a TCMR- como función inversa del crecimiento de la economía. La violencia (ecuación 5) es función de la evolución desigual de los ingresos y1, y2, es estimulada por los narcotraficantes, paramilitares y la guerrilla. Finalmente, la descentralización depende de la evolución de los ingresos, del contrabando, el narcotráfico y la violencia.
El modelo tiene seis ecuaciones y todos los coeficientes son positivos:
2. El Desarrollo y la Triple Sociedad antes de la Apertura y de la Nueva Constitución de 1991.
2.1. La Metodología y los Datos.
El modelo estimado para el período 1980–1990 es una modificación de la versión general (Revéiz 1997, 411). Relacionó el comportamiento de los ingresos y del empleo con la fractura de C, NC, IC. Se construyó un proxy del IDH para el período.
El índice se estructuró con los indicadores tradicionales -ingreso per cápita, coeficiente GINI, educación, salud y pobreza…- y se construyeron indicadores de la violencia, la justicia y la descentralización. Con estos últimos se estimó el grado de legitimidad, legalidad y visibilidad del Estado para estimar los vínculos entre las instituciones y el crecimiento económico.
Se ligó este conjunto de variables con C, NC, IC. Se construyeron las matrices socio-económicas e institucionales, que mostraron la correlación de fuerzas de estas redes con el desarrollo económico (Revéiz 1989). Se mantuvieron las hipótesis básicas.
La Tasa de Cambio Moral de la ecuación 4 del modelo es el primer paso para la medición de la politización de la justicia; el segundo paso incorpora la impunidad, o sea, la eficiencia; en el tercer paso se agrega la compatibilidad con las normas internacionales ( ver Tercera parte libro El Estado –lego y la Fractura Social 2007).
La Información
Se construyeron tres variantes de agregación de C y NC.
Los Ingresos de la sociedad cooptada (C): Las actividades de C surgen de la participación del Gobierno en la economía y sus regulaciones que crean rentas-privilegios. Involucra las actividades directamente ejecutadas por el Gobierno, otras de contratos del Estado y las directamente realizadas por el sector privado sin reflejar la competencia.
- Variante 1. Incluyó los gastos de funcionamiento en personal del Gobierno Nacional, Departamental y Municipal y los Auxilios Parlamentarios. Agregó a los contratistas de las Obras Públicas, a través del cash flow de Invías. Incluyó las utilidades de los GGE. El promedio de la serie totaliza el 3% del PIB.
- Variante 2. Incluyó el excedente bruto de explotación nacional de las Cuentas Nacionales, restándole el de los sectores de NC -industriales, comercio, servicios- y el de sectores con gran presencia de las empresas extranjeras. El promedio de esta serie totalizó 30% del PIB.
- Variante 3. Se sumó a la variante 1, la agricultura de bienes exportables, el sector financiero y el transporte. El promedio de la serie totalizó 19% del PIB.
Los Ingresos de la sociendad no cooptada (NC): Encerró todas las actividades formales que no fueron agrupadas en y C, todas las informales no ilegales.
- Variante 1. Se tomó como Proxy la suma de los salarios generados por la pequeña y micro empresa, los salarios de los independientes y otros (Hugo López 1993). El promedio de la serie sumó 11% PIB.
- Variante 2. Envolvió la remuneración de los asalariados y el excedente bruto de explotación de los sectores de NC definidos en la variante dos. El promedio de la serie integró 20% del PIB.
- Variante 3. Unió la remuneración de los asalariados y el excedente bruto de explotación de la producción de bienes agrícolas no exportables, los servicios personales y domésticos. El promedio de la serie sumó 15% del PIB.
Los Ingresos de IC: Cercó una sola variante para todas las actividades ilegales.
Se tomaron los ingresos de los narcotraficantes, contrabandistas y guerrilleros. Los ingresos de los narcotraficantes se tomaron de la serie de Kalmanovitz que fue trabajada por Thoumi (1994). Aunque no era la más confiable, era la más larga. Esta serie se proyectó hasta 1992, con una valoración lineal de la variable. Significa la disminución del nivel de ingreso de los narcotraficantes en 1990 y la modulación de la pendiente de la serie en 1991 y 1992. Se subestimaron dichos ingresos.
Los ingresos de los contrabandistas se tomaron de los estudios de Steiner y Fernández (1994) -la estimación de la sobrefacturación de las exportaciones y la sub-facturación de las importaciones-. Dejó de lado el contrabando que se realizaba por fuera de los puertos.
El ingreso de los guerrilleros se valoró usando los cálculos de las utilidades de la CNG 1994 realizados por Echandía y reportado en el Tiempo. Se calculó la utilidad per cápita y se multiplicó por el número de miembros de la guerrilla. Con este método sólo se captó el aumento de pie de fuerza y no se recogió el efecto del cambio de “negocio” de la guerrilla hacia el secuestro y el boleteo, el gramaje y el narcotráfico.
La suma del ingreso de las tres sociedades (C, NC, IC) en la variante 1 alcanzó 30% del PIB; en la variante 2 el 67% y en la variante 3 el 50%. La variante 3 era en ese momento la proximidad conceptual posible en lo social, lo económico y lo político.
Los indicadores de desarrollo: fueron usados el ingreso monetario per cápita, la tasa bruta de ingreso a la educación primaria y secundaria, el número de médicos y camas de hospital por cada cien mil habitantes, la malnutrición infantil, la mortalidad antes de los cinco años y la expectativa de vida al nacer, con datos del BM.
Se construyó una serie de GINI con las evaluaciones recopiladas por Londoño en 1992 y las elaboradas por Urrutia en 1993. Estos indicadores se agregaron en un indicador sintético de desarrollo con “el método de los componentes principales” (1). La variable agregada calculada resultó satisfactoria estadísticamente –la varianza explicada alta y los coeficientes de la combinación lineal similares relativamente- por lo cual se decidió usarla.
Los indicadores de la violencia: los indicadores utilizados como Proxy del nivel de la violencia fueron el número de los delitos contra la seguridad, contra la vida y la honra, contra la libertad y contra el patrimonio (Echandía 1999). También se calculó un indicador agregado de la violencia por el método de los componentes principales.
Los indicadores de la justicia: Como Proxy del nivel de justicia se utilizó la impunidad, la eficiencia del gasto público en justicia, la eficiencia y la confianza en el aparato judicial .
Se calculó un indicador agregado por el método de los componentes principales. Aunque éste explicó bien la varianza de los indicadores, le dio peso exagerado a la confianza en la justicia. Se utilizó porque la disminución en la confianza del aparato judicial -medida por el número de sumarios iniciados- bajó dramáticamente en los últimos años. Tal disminución explicó en ese entonces el aumento de la eficiencia del aparato judicial.
Los indicadores de la descentralización: con la escasa información disponible en ese entonces se construyó el índice.
El Modelo Instrumentado y la Sustentación de las Hipótesis
En el período 1980-1990 se presentó en forma desagregada los indicadores de violencia y justicia para distinguir el impacto de ambas sobre las instituciones informales y formales (2). La morfología de las tres subsociedades se configuró con el análisis de las rentas y los privilegios de sus redes y agentes (Cuadro 31, libro “EL Estado Lego”), la identificación de quienes estaban sometidos al mercado y el estudio de las redes de IC, que usan la coacción y el crimen para redistribuir la propiedad y el ingreso, el poder y los riesgos.
• Con la primera ecuación se quiso expresar que la conducta de C, NC, IC y de sus agentes –con cada colectivo vertical- es un proceso de adaptación complejo y de lucha evolutiva que determina la capacidad potencial (yp) de la economía. La generación del ingreso involucró procesos de la co-evolución entre C e IC que se beneficiaron mutuamente de la debilidad de la justicia. Cada sub-sociedad -y sus redes- fueron un árbol de exclusión que consumió significativos recursos defensivos -u ofensivos- para protegerse -o atacar- de la voracidad de las otras. Ha existido un espacio –territorio- neutro entre las redes, en donde la conducta de los agentes tiene una lógica difusa (fuzzy logic). Ha sido y es difícil distinguir el ingreso legal del ilegal, legítimo del ilegítimo, visible del invisible. Los agentes de estos espacios neutros tienen menor probabilidad de supervivencia por cuanto no se encuentran claramente protegidos por IC o cooptados por C (3).
La segunda y la tercera ecuación mostraron que la conducta de los ingresos de C, NC, IC se relacionó en forma peculiar con los indicadores de generación I. La cuarta, quinta y sexta ecuaciones revelaron que la dinámica desigual de los ingresos de C, NC, IC estuvo vinculada con los indicadores de generación II, violencia y justicia. La descentralización dependió de la dinámica de los ingresos de C, NC, IC, así como de la violencia y la justicia.
Al tener en cuenta el desarrollo político, económico y social del período 1980-1990, se especificaron en detalle las variables y los indicadores de generación I y II:
Y1= Nivel de satisfacción de C: se tomó como indicador el nivel de ingreso y se incluyeron los rubros descritos para C.
Se incluyeron las utilidades/ventas de los 4 grandes GGE -Santodomingo, Ardila Lulle, Sindicato Antioqueño y Sarmiento Angulo-. Dio una aproximación de los ingresos generados por las actividades protegidas por el Gobierno, que estaban encadenadas y tenían gran capacidad de contratación con el Estado. Se sumó también las actividades públicas de los contratistas de obras públicas del Estado al utilizar el cash flow de INVIAS-entidad clientelista- como Proxy de sus ingresos.
Y2= Nivel de satisfacción de NC: se tomó como indicador el nivel de ingreso. Incluyó los marginados de los diferentes estratos económicos, el mundo campesino, los trabajadores independientes y no sindicalizados, los pequeños y medianos empresarios, las comunidades indígenas y afrocolombianas, entre otros. Las empresas Multinacionales hacen parte de C.
El ingreso de NC se midió como la suma del ingreso de los trabajadores del sector competitivo: las grandes, medianas y pequeñas empresas que no tienen subsidios del Estado, las microempresas y el sector informal no ilegal criminal.
Y3= Nivel de satisfacción de los narcotraficantes, contrabandistas, guerrilleros y paramilitares: se tomó también el ingreso como indicador de satisfacción y se incluyeron los rubros descritos en IC.
e= Índice de Desarrollo Humano: se midió con los indicadores de I generación arriba descritos.
V= Nivel de violencia: se midió a través de un índice agregado de las variables descritas. Se utilizaron indicadores de impunidad, eficiencia de la justicia, eficiencia del gasto público en justicia y de confianza de la población en la Administración de la Justicia.
r = Nivel de descentralización: se midió con un indicador agregado de las siguientes variables: a) la descentralización del ingreso como el ratio entre los departamentos con ingreso bajo y medio sobre los departamentos con ingresos altos -Antioquia, Viejo Caldas, Cundinamarca, Bogotá y Valle-; b) la descentralización de los ingresos tributarios como la evolución de la SGP entre los departamentos y municipios con respecto a los ingresos tributarios totales de la nación; c) la descentralización guerrillera y paramilitar como el ratio entre los departamentos que no tienen presencia de esos grupos sobre los departamentos con tradición guerrillera o paramilitar (4).
Las hipótesis del modelo se sustentaron en los siguientes hechos que configuran lo que siguiendo a Schumpeter hemos denominado para Colombia la “creación destructora” ,por la gran expansión de la industria del narcotráfico en alianza de C e IC:
• La economía creció muy influenciada por las actividades del narcotráfico y3 por el influjo de los narcodólares que se reciclaron en la construcción principalmente. La tasa de crecimiento de Colombia entre 1980-1990, fue de 3.7% cuando la de A. L. fue de 1.5% -su década económica perdida- en el mismo período.
El PIB creció al 2.6% entre 1980-1985 y a partir de este año atractor de caos creció al 4.6% entre 1986-1990. El PIB de los bienes transables creció al 1.9% y al 5.7%, en tanto que el de los no transables se expandió al 3.1% y 3.6%. El ahorro privado siempre estuvo por encima del 13% PIB y la inversión privada presentó guarismos superiores al 11.6% estimulada por el ingreso de los fondos del narcotráfico. La inflación se disparó entre 1986-1990, ya que el índice de precios al consumidor pasó de 19.54% a 30.97% (Revéiz 1997, 339).
Los sectores de industria y servicios –particularmente la construcción y el financiero- crecieron a tasas de 5.0% y 3.1% cuando en el conjunto de A. L. crecieron a tasas de 1.2% y 1.7% (World Bank).
• La Violencia se convirtió en Grave Obstáculo para el Crecimiento.
En 1985, 173 municipios tenían presencia de organizaciones armadas; en 1991, 437 sobrellevaban dicha presencia. Por lo anterior, el crecimiento del gasto militar retiró recursos al ahorro productivo.
Así, el gasto militar a comienzos de la década de los 80 era de 1.4% del PIB -sin incluir a la Policía- moderado cuando se lo comparaba con otros países de A.L.. Con la violencia inercial, narcotráfico, guerrilla y delincuencia organizada cambió en los años de 1992 y 1993, alcanzó guarismos elevados 3.5%. En 2004, el gasto total en seguridad sumó el 5% (5).
Aunque la expansión del narcotráfico se correlacionó positivamente con el crecimiento de algunas zonas, su expansión nacional arruinó los sistemas productivos como lo mostró la crisis del sector agropecuario y ganadero. Propició el uso extensivo de los recursos naturales, la economía de enclave y originó fuertes movimientos de población. Ya en 1985,comenzó el desplazamiento con 27.000 personas llegando hasta 412.553 en 2002 (Portafolio 2006m). En 1990 ,Colombia ya producía 40.100 hectáreas de coca sobre las 211.700 de los países Andinos , en 2003 producía más de la mitad.
• Fue juicioso formular la hipótesis que existió una repartición desigual del ingreso entre C, NC, IC, entre las Entidades Territoriales y los hogares:
a) Existían diez Departamentos cuyo producto por habitante era inferior a US $700 anuales y dos que tenían un PIB per cápita superior a US $5.000.
b) En el orden urbano ,la situación social se agravó.
Con el NBI, la población pobre en las siete (7) grandes ciudades pasó de 16.17% en 1986 a 11.46% en 1990. El índice de LP pasó de 40.7% en 1986 a 42.44% en 1990 y 43.74% en 1992. El número de los hogares por debajo de la línea de indigencia pasó de 6.51% a 8.80% en el área urbana, y de 28.84% en 1988 a 26.60% en 1992,en el área rural. En cuanto al porcentaje de la población por debajo de la línea de indigencia pasó de 6.51% a 8.80% en las siete (7) grandes ciudades.
c) En el orden regional, la Región Central tenía grados de indigencia menores que las demás: la población bajo la línea de indigencia era en 1993 de 22.93%, en tanto que en la Región Atlántica alcanzó 33.10%, en la Oriental 35.67% y en la Pacífica 36.12%.
d) En el orden nacional 40% de la población estaba por debajo de la línea de pobreza.
• Fue fundamentada la hipótesis de que la violencia se reactivó por la evolución desigual de los ingresos entre C (y1) y NC (y2), particularmente en el área rural. Igualmente, por la concentración de las oportunidades de inversión en algunos enclaves del territorio, ricos en recursos naturales.
En efecto, los municipios más violentos se encontraban entre 1980-1990 en la estructura rural (6). Se comenzó a tomar conciencia que los conflictos sociales y la violencia son más frecuentes en las áreas de mayor dinámica económica –por las vacunas, la extorsión, el chantaje y el secuestro-. Serios estudios mostraron que existía relación directa entre el número de asesinatos y el crecimiento del PIB en los departamentos. Otros, encontraron correlación entre la violencia y el aumento de la producción de algunos cultivos comerciales, como el banano. El DNP registró que las tasas de homicidio más elevadas se encontraban en aquellos sitios donde se desarrollaba la producción de petróleo, oro, esmeraldas o en donde se ampliaba la frontera agrícola.
La violencia fue claramente estimulada por los narcotraficantes, la guerrilla y los paramilitares, con entrelazamiento de complejas alianzas (7). Los cultivos de coca se concentraron en la estructura rural dinámica de colonización, particularmente de frontera--Caquetá, Arauca, Meta, Casanare, Putumayo, Guaviare y Vichada- y colonización interna -Antioquia, Bolívar y Norte de Santander-.
• Todo pareció indicar que la descentralización tuvo una relación compleja con el conjunto de las variables de las ecuaciones 1 y 5. Deprimió la economía, en un primer término, como se constató con la crisis fiscal del orden nacional y con el bajo nivel de ejecución de los fondos de cofinanciación. Obedeció a la baja capacidad de absorción local.
El ex Ministro de Hacienda Perry afirmó más tarde, que:
“Se nos fue la mano en la Constituyente. Determinamos un crecimiento en las transferencias, en particular hacia los municipios, exageradamente rápido y no se previeron mecanismos más eficaces para asegurar la eficiencia del proceso. El país va a tener que ponerle cura a eso y va a tener que reformar la Constitución en ese campo” (Perry 1995).
Pareció razonable la hipótesis que la descentralización deprimió la economía en el mediano plazo. La bonanza petrolera de Arauca, a finales de los 80, mostró que
este departamento no creció en forma diferente a lo acontecido con aquellos que no tuvieron bonanzas.
La descentralización creó incentivos al clientelismo y la corrupción y fortaleció el poder local. Explicó, la oposición del Gobierno Central a ella. Aumenta el nivel de satisfacción de NC (veredas, minorías étnicas, departamentos y municipios con bajo PIB per cápita). El Estado y la guerrilla compitieron por el control y el monitoreo de los recursos en el orden local, tratando de llenar el espacio de influencia que se habían tomado los narcotraficantes en los 80’s.
Los hallazgos se sintetizaron en el siguiente gráfico:
La estimación del modelo se presenta:
Las variantes del modelo se estimaron por MCO. Se estimó cada ecuación por separado porque no hubo suficiente información para estimar el modelo por ecuaciones simultáneas. Los efectos sobre los coeficientes son mínimos .
Variables
Yp: Ingreso potencial. ry: descentralización ingreso potencial.
E: Indice de Desarrollo Humano. rt: descentralización ingreso tributario.
V: Nivel de violencia. rg: descentralización ingreso guerrilla.
J: Justicia.
r: Descentralización.
y1: Ingreso sociedad cooptada.
y2: Ingreso sociedad no cooptada.
y3: Ingreso sociedad ilegal criminal.
Los cuadros anteriores resumieron de los principales resultados:
• Las tres variantes mostraron que algunas relaciones son estables. Se repiten al hacer análisis de “sensibilidad “ con las tres formas de agregación de C y NC. Se halla, pues, un “núcleo duro” de las conductas, pese a las debilidades estadísticas.
Las tres relaciones son: a) el ingreso de C estuvo estrechamente relacionado con la estructura productiva y su aumento generó progreso en el bienestar -en el sentido de las variables de Generación I- y amplió la capacidad productiva de la economía; b) los ingresos de C, NC, IC se relacionaron positivamente con el desarrollo; c) el aumento de la capacidad productiva se relacionó negativamente con la descentralización.
• La primera relación indicó que el acrecentamiento del esfuerzo empresarial de C se relacionó con el aumento de la capacidad productiva y con el bienestar de la población.
• Las actividades de C fueron productivas. Las que se orientaron a la búsqueda de las rentas-privilegios circularon en la economía como ingresos legales y legítima o ilegítimamente ganados. Potenciaron la demanda agregada. El aumento de esta demanda incentivó la producción y satisfizo las necesidades de IC, promoviendo gran complementariedad entre C e IC y la evolución tendencial de su ingreso fue paralela.
• El impacto social de las obras de infraestructura -barrios con servicios, educación, carreteras…- de C fue desigual. La ampliación de la infraestructura productiva fue polarizada. La expansión de las actividades ilegales -guerrilla, paramilitares y narcotráfico- obligó al Estado a fortalecer su presencia en zonas de muy bajo NBI y a dar prelación a la inversión y al gasto social (PNR, DRI, ley 12/86). Las tendencias mostraron que C -al tener el control de muchos instrumentos de la política económica- hizo un manejo prudente y sensato de las crisis económicas. Más no de las crisis societales. Nunca se buscaron ME..
• La segunda relación mostró lo esperado para C e IC. Para NC se anticipó que su importancia fue sólo funcional, y no generadora de ingresos para financiar el desarrollo. El mecanismo de generación de los ingresos de C, NC, IC hizo que cada una participe en el aumento del propio bienestar de sus redes. No tuvieron estrategias complementarias o sea que no hubo un Proyecto Nacional.
Sus fines fueron distintos e incluso contrapuestos. IC destruyó infraestructura en el orden local, pero en algunos casos amplió la frontera del país. NC desarrolló formas de acción comunitarias que permitió el mejor funcionamiento de los mercados con el apoyo de las Ong’s y de la economía solidaria. Además, varios gremios-regiones-sectores pasaron a integrar esta sociedad a partir de 1991, por la desaparición de las rentas-privilegios. C pudo integrar algunas zonas aisladas al país para extender el mercado como la Zona Bananera.
• La tercera estimación confirmó la estrecha relación que existe entre el crecimiento de la capacidad productiva y la descentralización.
Mostró la inercia que tiene el modelo centralista, que generó el crecimiento hasta la década de los 70’s. Ante los cambios estructurales de la sociedad -surgimiento de IC como actor independiente y descentralizado- el Estado comenzó a adecuar la estructura al nuevo modelo. El proceso condujo a la Reforma Constitucional de 1991,que fortaleció la descentralización política, administrativa y financiera sobrepasando el modelo de la descentralización del gasto de los 80 (PNR, DRI, ley 12/86…)
• Se encontró que la justicia se relacionaba de forma negativa con el nivel de ingreso agregado, con la capacidad productiva y el nivel de desarrollo. Esta relación es nueva y paradójica. Estudios anteriores habían correlacionado la violencia en el orden nacional y local con el crecimiento económico, nunca la crisis de la justicia con el desarrollo.
El narcotráfico se había tomado las instituciones.
2.2. Las Grandes Tendencias del Modelo de la “Creación Destructora” (1980-1990).
La estructura de los riesgos –el precio por unidad de riesgo- que enfrentan las ramas y los agentes de C, NC, IC es inversamente proporcional al grado de captura que tienen del Estado y de la criminalidad que ejercen (Cuadro 31 y Cuadro 32 del libro “El Estado Lego” 2007…). Estos riesgos se modificaron con la Apertura y con la Nueva Constitución de 1991 tras haber propiciado la temible expansión del narcotráfico. Igualmente el punto de quiebre entre captura y criminalidad en estos cuadros se volvió de lógica difusa (fuzzy logic).
En el período 1980-1990 y sobretodo a partir de 1985-1986 años de atracción de caos:
- El ingreso de C y de IC -acoplados- crecieron más que NC. En C, el ingreso de los GGE compensó la disminución de los Auxilios Parlamentarios. Fue notable el repunte del crecimiento de los GGE (y de C) entre 1989 y 1994, ligado al fuerte aumento del gasto y de la inversión pública durante el Gobierno de Gaviria.
Los GGE cambiaron su estrategia después de la Apertura. Además de beneficiarse de las rentas y de los privilegios fiscales –pues perdieron ventajas de protección en el comercio exterior-, buscaron el beneficio de las Concesiones estratégicas por parte del Gobierno: el control del ahorro financiero institucional y de las tecnologías de punta.
- El ingreso de IC predominó sobre C con respecto al desarrollo. C tuvo gran influencia sobre la violencia y la justicia. Las relaciones entre C e IC manipularon la gobernabilidad política y económica. La justicia débil y bajo coacción fue condición necesaria de la expansión de IC y de los privilegios de C. Se presentó un trade-off entre el crecimiento/desarrollo y la justicia: a menor eficacia de la justicia bajo coacción, mayor fue el crecimiento que se dio por la ventaja competitiva de los Carteles de la Droga. En su conjunto, la sociedad se comportó como si hubiera existido un “pacto silencioso ad hoc” para mantener el auge de la economía.
Por ejemplo, en el orden urbano, las autoridades de la planificación y la zonificación hicieron grandes concesiones a los urbanizadores y mafiosos para rentabilizar sus proyectos -normas urbanas laxas, mayor densidad- y el lavado de dinero. Iguales concesiones se efectuaron en materia de aduanas, medio ambiente, etc.
Paradójicamente no se registró un trade-off entre el crecimiento/desarrollo y la violencia.
Se reveló una nueva lógica de evolución social: la relación negativa entre el crecimiento/desarrollo y la justicia.
Dicho hallazgo concordó con el hecho que algunos países prospectos del desarrollo con mayor crecimiento mostraban mayores niveles de corrupción. Entre 1980 y 1992 estos países crecieron a las siguientes tasas: Indonesia 4%; Pakistán 3.1%; Venezuela -0.8%; Brasil 0.4%; Filipinas -1%; India 3.1%; México -0.2%; Malasia 3.2%; Tailandia 6%; China 7.6%; Colombia 1.4%. La calificación que daban los periodistas e industriales de EUA sobre los países con mayor grado de corrupción arrojó los siguientes guarismos: Colombia 3.44; México 3.18; Italia 2.99; Tailandia 2.79; India 2.78; Filipinas 2.77; Brasil 2.70; Venezuela 2.76; Pakistán 2.25; China 2.16; Indonesia 1.94. Tradicionalmente en Colombia se había relacionado crecimiento con violencia.
El estudio reveló que la generación de los ingresos de la C e IC-legítima o ilegítimamente ganados- originó los siguientes hechos:
- El ingreso de C estuvo relacionado positivamente con la estructura productiva y su aumento generó acrecimiento en el bienestar -con las variables de generación I- y amplió la capacidad productiva.
- El ingreso de C y en menor grado el de IC tuvieron gran influencia sobre el funcionamiento de la justicia y el nivel de la violencia.
- El aumento general de los ingresos de la Triple Sociedad se correlacionó positivamente con la desconcentración de la producción, de la guerrilla y de la descentralización tributaria.
- NC fue frágil porque no tuvo poder económico ni político. La mayoría de los colombianos no participaron del desarrollo. Los gremios-regiones-sectores eran parte de C antes de la Apertura; después por la pérdida de sus privilegios formaron parte de NC.
En el orden internacional. El crecimiento económico de la década de los 80’s fue más dependiente de IC. Igual ocurrió con la descentralización. No fue posible articular en el orden internacional los procesos políticos, económicos, de DDHH y ambientales para llevar a cabo una lucha sinérgica y combatir el narcotráfico. Las Certificaciones se dieron independientes y sin tener en cuenta la sinergia de las decisiones: el FMI y el BM en materia Económica, EUA, la UE y la ONU en materia de Narcotráfico. Las Ong’s internacionales comenzaron a luchar por la defensa de los DDHH ,sin gran eco en el orden nacional hasta la Caída del comunismo.
En el orden interno. La descentralización política y fiscal –con la Elección Popular de Alcaldes ley 78 de 1986, la Ley 24 de 1988 sobre la Descentralización de la Educación,la Ley 57 de 1989 con la creación de la Financiera de Desarrollo Territorial, la Ley 29 de 1989 y la Ley 10 de 1990 con la Descentralización de la educación y la salud entre otras- comenzó a convertirse en el “nuevo pacto de legitimidad interna”.
Aunque la descentralización pudo disminuir el crecimiento económico en el corto plazo -al no utilizar economías de escala y por los costos de aprendizaje-, superadas estas restricciones se pensó que el crecimiento global sería mayor en el mediano plazo.
Lo que no ocurrió.
La desconcentración productiva fue lenta –liderada por el narcotráfico y por la explotación petrolera y minera- y no hay estudios que prueben que la descentralización de las competencias y los recursos afectó positivamente el crecimiento. IC siguió y reforzó el patrón de expansión de la descentralización y de los enclaves energético y buscó rentas por la coacción que profundizó el conflicto militar. IC –narcotráfico, guerrilla, paramilitares y políticos corruptos- se localizó y “secuestró” las zonas donde las ventajas competitivas internacionales eran las más idóneas para los empresarios legales e ilegales. Es decir, estas ventajas determinaron el patrón de la localización de IC. El Estado llegó tardíamente a ejercer su control, orientado vigorosamente hacia ellas el gasto público y profundizando el conflicto.
No se demostró que los recursos hubieran sido mejor utilizados en el orden nacional que en el regional y local. La globalización de la crisis en Colombia mostró que era indispensable una estrategia de Ordenamiento del Territorio –territorio, población, seguridad y recursos- que protegiera los intereses de la sociedad civil para que ésta no quedara “secuestrada” por IC. El modelo vigente comenzó a ser el de la redistribución forzada del ingreso de C, NC, IC por la corrupción y la violencia (Cuadro 47 del libro “El Estado Lego” 2007).
No ocurrió, no se mejoró la justicia ni se rescató la confianza ciudadana.
La segunda parte de este articulo estara disponible en el siguiente blog,
• Las tres variantes mostraron que algunas relaciones son estables. Se repiten al hacer análisis de “sensibilidad “ con las tres formas de agregación de C y NC. Se halla, pues, un “núcleo duro” de las conductas, pese a las debilidades estadísticas.
Las tres relaciones son: a) el ingreso de C estuvo estrechamente relacionado con la estructura productiva y su aumento generó progreso en el bienestar -en el sentido de las variables de Generación I- y amplió la capacidad productiva de la economía; b) los ingresos de C, NC, IC se relacionaron positivamente con el desarrollo; c) el aumento de la capacidad productiva se relacionó negativamente con la descentralización.
• La primera relación indicó que el acrecentamiento del esfuerzo empresarial de C se relacionó con el aumento de la capacidad productiva y con el bienestar de la población.
• Las actividades de C fueron productivas. Las que se orientaron a la búsqueda de las rentas-privilegios circularon en la economía como ingresos legales y legítima o ilegítimamente ganados. Potenciaron la demanda agregada. El aumento de esta demanda incentivó la producción y satisfizo las necesidades de IC, promoviendo gran complementariedad entre C e IC y la evolución tendencial de su ingreso fue paralela.
• El impacto social de las obras de infraestructura -barrios con servicios, educación, carreteras…- de C fue desigual. La ampliación de la infraestructura productiva fue polarizada. La expansión de las actividades ilegales -guerrilla, paramilitares y narcotráfico- obligó al Estado a fortalecer su presencia en zonas de muy bajo NBI y a dar prelación a la inversión y al gasto social (PNR, DRI, ley 12/86). Las tendencias mostraron que C -al tener el control de muchos instrumentos de la política económica- hizo un manejo prudente y sensato de las crisis económicas. Más no de las crisis societales. Nunca se buscaron ME..
• La segunda relación mostró lo esperado para C e IC. Para NC se anticipó que su importancia fue sólo funcional, y no generadora de ingresos para financiar el desarrollo. El mecanismo de generación de los ingresos de C, NC, IC hizo que cada una participe en el aumento del propio bienestar de sus redes. No tuvieron estrategias complementarias o sea que no hubo un Proyecto Nacional.
Sus fines fueron distintos e incluso contrapuestos. IC destruyó infraestructura en el orden local, pero en algunos casos amplió la frontera del país. NC desarrolló formas de acción comunitarias que permitió el mejor funcionamiento de los mercados con el apoyo de las Ong’s y de la economía solidaria. Además, varios gremios-regiones-sectores pasaron a integrar esta sociedad a partir de 1991, por la desaparición de las rentas-privilegios. C pudo integrar algunas zonas aisladas al país para extender el mercado como la Zona Bananera.
• La tercera estimación confirmó la estrecha relación que existe entre el crecimiento de la capacidad productiva y la descentralización.
Mostró la inercia que tiene el modelo centralista, que generó el crecimiento hasta la década de los 70’s. Ante los cambios estructurales de la sociedad -surgimiento de IC como actor independiente y descentralizado- el Estado comenzó a adecuar la estructura al nuevo modelo. El proceso condujo a la Reforma Constitucional de 1991,que fortaleció la descentralización política, administrativa y financiera sobrepasando el modelo de la descentralización del gasto de los 80 (PNR, DRI, ley 12/86…)
• Se encontró que la justicia se relacionaba de forma negativa con el nivel de ingreso agregado, con la capacidad productiva y el nivel de desarrollo. Esta relación es nueva y paradójica. Estudios anteriores habían correlacionado la violencia en el orden nacional y local con el crecimiento económico, nunca la crisis de la justicia con el desarrollo.
El narcotráfico se había tomado las instituciones.
2.2. Las Grandes Tendencias del Modelo de la “Creación Destructora” (1980-1990).
La estructura de los riesgos –el precio por unidad de riesgo- que enfrentan las ramas y los agentes de C, NC, IC es inversamente proporcional al grado de captura que tienen del Estado y de la criminalidad que ejercen (Cuadro 31 y Cuadro 32 del libro “El Estado Lego” 2007…). Estos riesgos se modificaron con la Apertura y con la Nueva Constitución de 1991 tras haber propiciado la temible expansión del narcotráfico. Igualmente el punto de quiebre entre captura y criminalidad en estos cuadros se volvió de lógica difusa (fuzzy logic).
En el período 1980-1990 y sobretodo a partir de 1985-1986 años de atracción de caos:
- El ingreso de C y de IC -acoplados- crecieron más que NC. En C, el ingreso de los GGE compensó la disminución de los Auxilios Parlamentarios. Fue notable el repunte del crecimiento de los GGE (y de C) entre 1989 y 1994, ligado al fuerte aumento del gasto y de la inversión pública durante el Gobierno de Gaviria.
Los GGE cambiaron su estrategia después de la Apertura. Además de beneficiarse de las rentas y de los privilegios fiscales –pues perdieron ventajas de protección en el comercio exterior-, buscaron el beneficio de las Concesiones estratégicas por parte del Gobierno: el control del ahorro financiero institucional y de las tecnologías de punta.
- El ingreso de IC predominó sobre C con respecto al desarrollo. C tuvo gran influencia sobre la violencia y la justicia. Las relaciones entre C e IC manipularon la gobernabilidad política y económica. La justicia débil y bajo coacción fue condición necesaria de la expansión de IC y de los privilegios de C. Se presentó un trade-off entre el crecimiento/desarrollo y la justicia: a menor eficacia de la justicia bajo coacción, mayor fue el crecimiento que se dio por la ventaja competitiva de los Carteles de la Droga. En su conjunto, la sociedad se comportó como si hubiera existido un “pacto silencioso ad hoc” para mantener el auge de la economía.
Por ejemplo, en el orden urbano, las autoridades de la planificación y la zonificación hicieron grandes concesiones a los urbanizadores y mafiosos para rentabilizar sus proyectos -normas urbanas laxas, mayor densidad- y el lavado de dinero. Iguales concesiones se efectuaron en materia de aduanas, medio ambiente, etc.
Paradójicamente no se registró un trade-off entre el crecimiento/desarrollo y la violencia.
Se reveló una nueva lógica de evolución social: la relación negativa entre el crecimiento/desarrollo y la justicia.
Dicho hallazgo concordó con el hecho que algunos países prospectos del desarrollo con mayor crecimiento mostraban mayores niveles de corrupción. Entre 1980 y 1992 estos países crecieron a las siguientes tasas: Indonesia 4%; Pakistán 3.1%; Venezuela -0.8%; Brasil 0.4%; Filipinas -1%; India 3.1%; México -0.2%; Malasia 3.2%; Tailandia 6%; China 7.6%; Colombia 1.4%. La calificación que daban los periodistas e industriales de EUA sobre los países con mayor grado de corrupción arrojó los siguientes guarismos: Colombia 3.44; México 3.18; Italia 2.99; Tailandia 2.79; India 2.78; Filipinas 2.77; Brasil 2.70; Venezuela 2.76; Pakistán 2.25; China 2.16; Indonesia 1.94. Tradicionalmente en Colombia se había relacionado crecimiento con violencia.
El estudio reveló que la generación de los ingresos de la C e IC-legítima o ilegítimamente ganados- originó los siguientes hechos:
- El ingreso de C estuvo relacionado positivamente con la estructura productiva y su aumento generó acrecimiento en el bienestar -con las variables de generación I- y amplió la capacidad productiva.
- El ingreso de C y en menor grado el de IC tuvieron gran influencia sobre el funcionamiento de la justicia y el nivel de la violencia.
- El aumento general de los ingresos de la Triple Sociedad se correlacionó positivamente con la desconcentración de la producción, de la guerrilla y de la descentralización tributaria.
- NC fue frágil porque no tuvo poder económico ni político. La mayoría de los colombianos no participaron del desarrollo. Los gremios-regiones-sectores eran parte de C antes de la Apertura; después por la pérdida de sus privilegios formaron parte de NC.
En el orden internacional. El crecimiento económico de la década de los 80’s fue más dependiente de IC. Igual ocurrió con la descentralización. No fue posible articular en el orden internacional los procesos políticos, económicos, de DDHH y ambientales para llevar a cabo una lucha sinérgica y combatir el narcotráfico. Las Certificaciones se dieron independientes y sin tener en cuenta la sinergia de las decisiones: el FMI y el BM en materia Económica, EUA, la UE y la ONU en materia de Narcotráfico. Las Ong’s internacionales comenzaron a luchar por la defensa de los DDHH ,sin gran eco en el orden nacional hasta la Caída del comunismo.
En el orden interno. La descentralización política y fiscal –con la Elección Popular de Alcaldes ley 78 de 1986, la Ley 24 de 1988 sobre la Descentralización de la Educación,la Ley 57 de 1989 con la creación de la Financiera de Desarrollo Territorial, la Ley 29 de 1989 y la Ley 10 de 1990 con la Descentralización de la educación y la salud entre otras- comenzó a convertirse en el “nuevo pacto de legitimidad interna”.
Aunque la descentralización pudo disminuir el crecimiento económico en el corto plazo -al no utilizar economías de escala y por los costos de aprendizaje-, superadas estas restricciones se pensó que el crecimiento global sería mayor en el mediano plazo.
Lo que no ocurrió.
La desconcentración productiva fue lenta –liderada por el narcotráfico y por la explotación petrolera y minera- y no hay estudios que prueben que la descentralización de las competencias y los recursos afectó positivamente el crecimiento. IC siguió y reforzó el patrón de expansión de la descentralización y de los enclaves energético y buscó rentas por la coacción que profundizó el conflicto militar. IC –narcotráfico, guerrilla, paramilitares y políticos corruptos- se localizó y “secuestró” las zonas donde las ventajas competitivas internacionales eran las más idóneas para los empresarios legales e ilegales. Es decir, estas ventajas determinaron el patrón de la localización de IC. El Estado llegó tardíamente a ejercer su control, orientado vigorosamente hacia ellas el gasto público y profundizando el conflicto.
No se demostró que los recursos hubieran sido mejor utilizados en el orden nacional que en el regional y local. La globalización de la crisis en Colombia mostró que era indispensable una estrategia de Ordenamiento del Territorio –territorio, población, seguridad y recursos- que protegiera los intereses de la sociedad civil para que ésta no quedara “secuestrada” por IC. El modelo vigente comenzó a ser el de la redistribución forzada del ingreso de C, NC, IC por la corrupción y la violencia (Cuadro 47 del libro “El Estado Lego” 2007).
No ocurrió, no se mejoró la justicia ni se rescató la confianza ciudadana.
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Referencias
1. Cálculos propios con base en DANE (1995).
2. Crear un índice agregado aceptable no fue posible por las dificultades de obtener información confiable.
3. Darwin desarrolla el concepto de territorio neutro en la lucha de las especies y coincide que las especies de los territorios neutros corren el riesgo de ser aniquiladas porque el tamaño de su población es débil Darwin (versión 1992, 228).
4. Medida por el número de frentes
5. Un cálculo conservador hecho en 1992 llegó a la conclusión que el ahorro nacional desviado o destruido por la Guerra Interna sobrepasaba 5.76% del PIB. Los gobiernos habían avanzado en la Apertura y en la reforma del Estado, pero poco en materia de seguridad y paz. Revéiz et al. (1994).
6. La estructura rural atrasada (103); colonización (69); campesinado medio (84); agricultura comercial y empresarial (31); municipios con estructura urbana (24).
7. a) De los 437 municipios que tenían presencia guerrillera en 1991, 287 (66%) no tenían otros grupos. En 88 (20%) se detectaron cultivos ilegales y/o laboratorios. En 30 (7%) se detectaron grupos de autodefensa. En los 27 restantes (6%) además de guerrilla había grupos de autodefensa y cultivos o laboratorios. El 4.17% de los municipios con presencia guerrillera eran ciudades mayores y áreas metropolitanas, 7.64% ciudades intermedias; 27.78% municipios pequeños; 60.42% núcleos rurales aislados. b) Los grupos de autodefensa, cuya área de influencia coincidía con la guerrilla, tenían presencia en 80 municipios, 88% de ellos en zonas deprimidas. c) Había en 1991 189 municipios con cultivos ilícitos y/o laboratorios, 85% en zonas rurales de escaso desarrollo.
8. Las restricciones de información también implicaron que no se realizaran correcciones a los estimadores de MCO.